Ultima actualización 10/5/2021
Usted tiene dudas sobre las vacunas contra el COVID-19.
Eso es normal.
Es normal ser precavido cuando aparece algo nuevo.

Sabemos que hay mucho que considerar.
Somos los dos proveedores de servicios de salud más grandes del condado y juntos queremos proporcionarle respuestas sólidas e imparciales a sus dudas sobre las vacunas contra el COVID-19. Y, como siempre, le recomendamos que consulte a su proveedor de servicios de salud para obtener más información.

El primer paso para recuperar los momentos que extrañamos es informarse.
¿Cómo me protegen las vacunas?
Las vacunas activan nuestra respuesta inmunitaria. Esto ayuda a nuestros cuerpos a aprender cómo combatir el virus sin el riesgo de una infección real. Si nos exponemos al virus a futuro, nuestro sistema inmunológico recordará cómo combatirlo. Todas las vacunas contra el COVID-19 disponibles en los Estados Unidos proporcionan una protección significativa contra la enfermedad grave y la hospitalización por COVID-19.
Las vacunas de Moderna y Pfizer utilizan ARN mensajero (también conocido como ARNm). Las vacunas de ARNm no contienen un virus vivo, sino que enseñan a nuestro cuerpo a elaborar y combatir las proteínas inofensivas en forma de espigas, protegiéndonos de la infección por COVID-19. Los científicos han estado estudiando este método de vacunación durante varias décadas.
La vacuna de Johnson & Johnson es una vacuna de vector viral que tampoco contiene un virus vivo. Esta vacuna utiliza un adenovirus inofensivo para crear una proteína de espiga a la cual responde el sistema inmunitario, creando anticuerpos para proteger contra el COVID-19.
Ninguna de estas vacunas puede darle COVID-19.
El cuerpo tarda en crear inmunidad después de vacunarse, por lo que usted no tendrá una protección completa sino hasta dos semanas después de su última dosis.


¿Cómo sabemos que las vacunas son seguras?
La llegada de las vacunas contra el COVID-19 significó un gran paso para regresar a las personas, los lugares y las cosas que hemos extrañado durante tanto tiempo. Pero es posible que usted haya escuchado cosas diferentes sobre las vacunas en las noticias, las redes sociales o directamente de sus familiares y amigos. Aquí le presentamos información real de médicos y expertos en medicina que explica cómo sabemos que las vacunas son seguras y eficaces.
Las vacunas contra el COVID-19 fueron desarrolladas de forma segura.
Las primeras vacunas COVID-19 empezaron a distribuirse a menos de un año del inicio de la pandemia. El desarrollo de las vacunas suele tomar mucho más tiempo, por lo que es fácil preguntarse cómo se desarrollaron las vacunas tan pronto. Sin embargo, las vacunas contra el COVID-19 se sometieron a los mismos estándares de seguridad que cualquier otra vacuna — y los rigurosos ensayos clínicos han demostrado que son seguras y eficaces.
Cada vacuna contra el COVID-19 pasó por el mismo proceso que cualquier otra vacuna, sólo que más rápido.

La emergencia de salud pública aceleró el desarrollo de las vacunas.
Desde el principio supimos que el COVID-19 era extremadamente grave y que se estaba propagando rápidamente. El mundo necesitaba una vacuna segura y eficaz lo más pronto posible. Así fue como lo logramos:
-
Financiamiento sin precedentes: El gobierno no escatimó en su respuesta al COVID-19. El tiempo, el dinero y los recursos dedicados al desarrollo de las vacunas permitieron que varios pasos ocurrieran al mismo tiempo — en vez de uno a la vez.
-
Investigación comprobada: Las vacunas contra el COVID-19 son nuevas, pero la tecnología que contienen no lo es. Desde hace varias décadas se realizan investigaciones para desarrollar nuevas vacunas que se utilicen para hacer frente a situaciones pandémicas graves como la del COVID-19. Por eso, cuando se produjo la pandemia del COVID-19, los científicos pudieron aprovechar rápidamente esas tecnologías, adaptarlas para protegernos contra el virus específico que intentamos combatir y desarrollar vacunas contra el COVID-19 de forma más eficaz.
-
Colaboración global: Diversos grupos de científicos y expertos médicos alrededor del mundo reconocieron la necesidad de trabajar juntos para desarrollar rápidamente las vacunas. Al unir fuerzas y compartir recursos, todos pudieron lograr más en menos tiempo.
-
Gran cantidad de voluntarios para la investigación: El público estaba bien informado de los peligros del COVID-19. Generalmente es complicado conseguir voluntarios para los ensayos clínicos, pero en esta ocasión los investigadores tuvieron acceso a una muestra de buen tamaño casi de inmediato.
-
Resultados iniciales: Debido a que el COVID-19 se estaba propagando rápidamente, los investigadores no tardaron en demostrar que las vacunas podían prevenir la infección. Aunque la exposición generalizada nunca es buena, se obtuvieron datos sólidos sobre la seguridad y la eficacia mucho más rápido de lo normal.
-
Manufactura oportuna: Los fabricantes de las vacunas no suelen comenzar a planear la producción sino hasta que se terminan los ensayos clínicos. Ante el repunte de la pandemia, ampliaron oportunamente su capacidad producción para que las vacunas pudieran producirse tan pronto como fueran aprobadas.

¿Tendré efectos secundarios al vacunarme?
Los efectos secundarios de la vacuna contra el COVID-19 suelen ser menores, si es que se presentan. Como sucede con la mayoría de las vacunas, las vacunas contra el COVID-19 pueden producir efectos secundarios menores que desaparecen en uno o dos días. Esta es una señal normal de que su cuerpo está desarrollando una protección.
Los efectos secundarios pueden incluir:
-
Dolor en el sitio de inyección
-
Fatiga
-
Dolor de cabeza
-
Dolor muscular
-
Escalofríos
-
Dolor en las articulaciones
-
Fiebre
Millones de personas han recibido una vacuna contra el COVID-19 de forma segura.
Es importante recordar que todas las vacunas implican el riesgo de presentar efectos secundarios. Estos riesgos deben contrastarse con los beneficios. El COVID-19 es una enfermedad grave y cualquier persona que contraiga esta enfermedad puede desarrollar complicaciones que ponen en riesgo la vida. Afortunadamente, los científicos y los expertos en salud han confirmado que los beneficios de las vacunas contra el COVID-19 superan cualquier riesgo de posibles efectos secundarios.
Es poco probable que se presenten efectos secundarios a largo plazo.
Es extremadamente improbable que se produzcan efectos secundarios graves que puedan causar un problema de salud a largo plazo después de recibir cualquier vacuna, incluyendo la vacuna contra el COVID-19. El monitoreo de las vacunas ha demostrado que los efectos secundarios generalmente ocurren dentro de un lapso de seis semanas de haber recibido una vacuna. Todas las vacunas contra el COVID-19 han sido evaluadas durante al menos dos meses (ocho semanas) después de la última dosis. Millones de personas han recibido las vacunas contra el COVID-19 y no se han detectado efectos secundarios a largo plazo.


¿Cuáles son los efectos a largo plazo del COVID-19?
Algunas personas presentan padecimientos post-COVID (también conocidos como “COVID prolongado” o “COVID crónico”), los cuales pueden durar varios meses después de contraer COVID-19.
Incluso aquellas personas que no tuvieron síntomas de COVID-19 cuando se infectaron pueden presentar padecimientos post-COVID. Lo más común es que las personas reporten diferentes combinaciones de los siguientes síntomas:
-
Dificultad para respirar o falta de respiración
-
Cansancio o fatiga
-
Síntomas que empeoran después de realizar actividades físicas o mentales
-
Dificultad para pensar o concentrarse (también conocido como “neblina mental”)
-
Tos
-
Dolor en el pecho o el estómago
-
Dolor de cabeza
-
Latidos rápidos o intensos del corazón (también conocidos como palpitaciones del corazón)
-
Dolor en los músculos o las articulaciones
-
Sensación de alfileres y agujas
-
Diarrea
-
Problemas para dormir
-
Fiebre
-
Mareo al ponerse de pie (aturdimiento)
-
Erupciones de la piel
-
Cambios en el estado de ánimo
-
Cambios en el sentido del olfato o del gusto
-
Cambios en los ciclos del periodo menstrual
Aunque el COVID-19 se considera una enfermedad que principalmente afecta a los pulmones, también puede dañar otros órganos. Este daño a los órganos puede aumentar el riesgo de problemas de salud a largo plazo. Los órganos que pudieran ser afectados por el COVID-19 incluyen:
-
Corazón: Las pruebas de diagnóstico por imágenes realizadas meses después de la recuperación del COVID-19 han mostrado daños duraderos en el músculo cardíaco, incluso en personas que sólo experimentaron síntomas leves de COVID-19. Esto puede aumentar el riesgo de insuficiencia cardiaca u otras complicaciones del corazón a futuro.
-
Pulmones: El tipo de neumonía que suele estar relacionado con el COVID-19 puede causar daños duraderos a los pequeños sacos de aire (alvéolos) de los pulmones. El tejido cicatrizado resultante puede provocar problemas respiratorios a largo plazo.
-
Cerebro: Incluso en personas jóvenes, el COVID-19 puede provocar derrames cerebrales, convulsiones y el síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad que causa parálisis temporal. El COVID-19 también puede aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer.
Los expertos en salud alrededor del mundo están trabajando para conocer mejor los efectos del COVID-19 en la salud a corto y largo plazo y para determinar quiénes los padecen y por qué. La mejor manera de prevenir los padecimientos post-COVID es vacunándose contra el COVID-19.


¿Por qué algunas personas vacunadas contraen COVID-19?
Un pequeño porcentaje de personas completamente vacunadas contra el COVID-19 desarrollará la enfermedad del COVID-19 (a esto se le conoce como “casos de infección en vacunados”) – pero esto no significa que las vacunas no funcionen.
Las vacunas son extremadamente eficaces para prevenir la enfermedad grave, la hospitalización y la muerte por COVID-19. Los estudios clínicos a gran escala también determinaron que la vacunación contra el COVID-19 evita que la gran mayoría de las personas contraiga el COVID-19. Sin embargo, ninguna vacuna es 100% eficaz y algunas personas que se vacunan contra el COVID-19 pueden seguir contrayendo esta enfermedad.
Se están propagando nuevas variantes más contagiosas del virus que causa la enfermedad del COVID-19.
Algunas variantes provocan la enfermedad en algunas personas completamente vacunadas. Por ejemplo, la variante Delta es casi dos veces más contagiosa que las variantes anteriores del virus. Un virus más contagioso significa que más personas pueden infectarse, incluso si están vacunadas.
Si usted contrae COVID-19 después de vacunarse, sus síntomas suelen ser mucho menos graves.
En aquellos que están vacunados y se enferman, hay evidencias de que la vacuna hace que la enfermedad sea menos grave.
Es mucho menos probable que las personas completamente vacunadas sean hospitalizadas o mueran por COVID-19 en comparación con las personas que tienen factores de riesgo similares y no están vacunadas.
Cuido mucho mi salud. ¿Puede mi cuerpo desarrollar una protección natural sin una vacuna?
Aún si su salud es buena, el COVID-19 puede causar complicaciones graves que ponen en riesgo la vida y no hay manera de saber cómo le afectará el COVID. Usted también podría contagiar de COVID-19 a su familia, sus amigos y otras personas a su alrededor.
La buena noticia es que las vacunas son extremadamente eficaces para prevenir la enfermedad grave y la muerte. El riesgo de enfermedad grave y muerte por COVID-19 supera por mucho cualquier beneficio de la inmunidad natural. Las vacunas contra el COVID-19 le ayudarán a protegerse desarrollando una respuesta del sistema inmunitario sin tener que padecer la enfermedad.


¿Incluyeron los ensayos clínicos a personas como yo?
Los investigadores se aseguraron de incluir en los ensayos a adultos de diversos orígenes, razas, grupos étnicos y áreas geográficas. Ellos colaboraron con líderes religiosos, organizaciones comunitarias y clínicas de salud para conseguir voluntarios de diferentes ámbitos sociales en todo Estados Unidos.
Los médicos y expertos en salud quieren asegurarse de que las vacunas funcionen de forma segura y eficaz para el mayor número de personas posible. Las personas pueden responder de forma diferente a las vacunas en base a factores como la edad, el género y las condiciones de salud — por eso es importante contar con un grupo diverso de participantes en los ensayos clínicos.

¿Afectan las vacunas a la fertilidad?
No hay evidencias de cualquier vacuna, incluyendo a la vacuna contra el COVID-19, cause problemas de fertilidad.
Aún si usted está tratando de embarazarse ahora o desea embarazarse en un futuro, puede recibir la vacuna contra el COVID-19. Aunque la fertilidad no se estudió específicamente en los ensayos clínicos de la vacuna, no se ha reportado una pérdida de fertilidad entre los participantes de los ensayos o entre los millones de personas que han recibido alguna de las vacunas autorizadas.
Como ocurre con todas las vacunas, los expertos de salud están estudiando cuidadosamente los posibles efectos secundarios de la vacuna COVID-19 e informarán sobre los resultados a medida que estén disponibles.

¿Qué sucede si estoy embarazada o estoy pensando en embarazarme?
Recomendamos que las mujeres embarazadas o aquellas que estén pensando en embarazarse se vacunen contra el COVID-19. Actualmente se están realizando ensayos clínicos para comprobar la seguridad y la eficacia de las vacunas COVID-19 en mujeres embarazadas. A la fecha, miles de mujeres embarazadas han recibido la vacuna contra el COVID-19 de forma segura. Por favor consulte a su proveedor de servicios de salud si usted tiene alguna inquietud adicional.
La vacunación ofrece varios beneficios a las mujeres embarazadas y a aquellas que estén pensando en embarazarse:
-
El embarazo aumenta el riesgo de contraer COVID-19.
-
El embarazo también puede aumentar el riesgo de una infección grave de COVID-19, especialmente entre personas negras y de origen latino.
-
Las mujeres embarazadas con COVID-19 corren un mayor riesgo de presentar complicaciones maternas y fetales, como el parto prematuro.
-
Vacunarse durante el embarazo puede proteger a la madre y al bebé.


Todas las vacunas pueden perder eficacia con el paso del tiempo, incluso aquellas que son muy eficaces como la vacuna contra el COVID-19. Una vacuna de refuerzo – o dosis adicional – proporciona al cuerpo un mayor nivel de protección.
En este momento, las dosis adicionales para ciertas personas completamente vacunadas solamente están disponibles para una parte de las personas de alto riesgo que estén completamente vacunadas. Si usted cree que podría ser elegible, póngase en contacto con su proveedor de servicios de salud o su farmacia local para obtener más información. La población elegible incluye:
Si usted recibió la vacuna de Pfizer:
Las vacunas de refuerzo están disponibles para las siguientes personas seis meses después de su segunda dosis de la vacuna de Pfizer:
-
Personas de 65 años de edad y mayores
-
Personas que vivan en entornos de cuidados a largo plazo
-
Personas de 50 a 64 años de edad con padecimientos de salud subyacentes o personas que tengan un mayor riesgo de contraer COVID-19 severo debido a las inequidades sociales, incluyendo aquellas de las comunidades de personas de color
-
Personas de 18 a 49 años que tengan padecimientos médicos subyacentes
-
Personas de 18 a 64 años de edad que tienen un mayor riesgo de exponerse al COVID-19 debido a su trabajo o a su situación de vida
Si usted recibió la vacuna de Pfizer y no está seguro de si califica o no, por favor consulte a su proveedor de servicios de salud o hágase las siguientes preguntas:
-
¿Tiene usted una enfermedad subyacente que lo ponga en riesgo de sufrir de complicaciones a causa del COVID-19?
-
¿Trabaja usted en un entorno como una institución del cuidado de la salud que aumente su riesgo de exponerse al COVID-19?
-
¿Vive usted en un entorno congregado que aumente su riesgo de exponerse al COVID-19?
-
¿Vive usted con alguien que corre un mayor riesgo de enfermarse gravemente de COVID-19?
Las personas con un padecimiento de inmunodeficiencia calificado también pueden recibir una tercera dosis de la vacuna de Pfizer al menos 28 días a partir de su segunda dosis.
Si usted recibió la vacuna de Moderna:
Las terceras dosis de la vacuna de Moderna están disponibles para personas con padecimientos de inmunodeficiencia 28 días después de su segunda dosis. La FDA se reunirá a mediados de octubre para analizar una dosis de refuerzo para las personas que recibieron la vacuna de Moderna.
Si usted recibió la vacuna de Johnson & Johnson:
Todavía no están disponibles las vacunas de refuerzo.

La vacuna no tiene costo alguno para usted.
Es posible que los proveedores de vacunación cobren una cuota administrativa – la cual generalmente la paga su compañía aseguradora – pero no es necesario que usted tenga un seguro para recibir la vacuna.


Encuentre una vacuna cerca de usted.
Las vacunas contra el COVID-19 no tienen costo y están disponibles en diversas localidades del Condado de Contra Costa. Todas las personas de 12 años de edad y mayores pueden vacunarse.
Centros operados por el condado
-
Cualquier persona puede vacunarse en un centro operado por el condado. No se requiere una cita, pero si lo desea, usted puede programar una cita en línea o llamando al 1-833-829-2626. En la mayoría de los centros de vacunación las personas pueden elegir la vacuna que desean recibir.
Kaiser Permanente
-
Los miembros y las personas que no sean miembros pueden programar una cita en línea o llamar al 1-866-454-8855.
John Muir Health
-
Cualquier persona puede programar una cita a través del sistema MyChart de John Muir Health. Los pacientes actuales pueden programar una cita a través del sistema MyChart aquí. Los pacientes nuevos de John Muir Health pueden inscribirse en MyChart aquí.
Centros operados por el estado
-
Cualquier residente de California puede programar una cita en línea o llamando al 1-833-422-4255.
Otros comercios (Costco, Safeway, Walmart, etc.)
-
Cualquier residente de California puede programar una cita en línea.